Llegar al mar...

"Quiero llegar al mar para salvarme

quiero llegar al mar

que desconozco para huir de la furia

del árbol y la piedra

quiero llegar al mar inalcanzable

para seguir aquí

con la esperanza de huir eternamente

un día la mar de tierra y horizonte

que crece dicen al final de mi calle

sin salida.

Quiero huir hacia el mar

que tengo cobijado

en mi profundo corazón tan solitario"

José Antonio Labordeta

Por tierras del Delta del Ebro, en Sant Carles, con David Torres y Miguel Vicent.

34 minutos

La subida al Santísimo depara una de las vistas mas hermosas del Segorbe medieval. El otoño  nos trae también momentos donde la luz  al atardecer nos regala un espectáculo hermoso. El pasado miércoles  7, así se despedía el día... en apenas 34 minutos.

 19.29 horas

 19.36 horas

 19.45 horas

20.03 horas

Portets

Todavía quedan lugares donde el tiempo parece haberse detenido. Otro amanecer más  por los puertos de  Sollana y de Silla... en la Albufera.

Descalcistas

El pasado domingo se disputaba en Segorbe el I Trofeo Internacional Descalcista, organizado por el Club Atletismo Saltamontes y pionero a nivel nacional,  y en el que se daban cita finalmente 113 corredores para completar los aproximadamente 9 kilómetros de los que se componía el circuito urbano. Con un tiempo de 32:22 era el joven marroquí Karim El Hayani el ganador absoluto de esta prueba atlética, derivada de la búsqueda de una forma más saludable y natural de practicar la carrera.

Autumn sunsets

Cuenta Madoz en su Diccionario geográfico-estadistico-histórico de España, que la Villa de Jérica esta situada en un canal o vega formada por el monte de la Muela, al oeste, y el de San Antonio, al este. Fue nombrada como villa en la época romana, punto importante por su castillo y muralla franqueada por muchos torreones. 

Su imponente Torre de las Campanas data de 1634 y algunos atardeceres de otoño, como éste del pasado domingo,  se viste de gala para despedir el día... 

Night on the Town

Atardecer en el Saler el pasado agosto junto a mi socio fotográfico, Miguel Vicent, en una tarde llena de nubes que nos impedían disfrutar de una buena  puesta de sol. La  noche escampaba finalmente para dejarnos  un buen rato el la Ciudad de las Artes y las Ciencias.